Frank Sinnatra, allá por el año 1959, en la cresta de la ola de su carrera, dijo “Yo a esa mierda de música llamada Rock and Roll no le doy ni cinco años de vida”. Como si el Rock fuese sólo una música, y no una forma de vida. “Quiero diversión y quiero cambiar el mundo”, decía Bono. Eso es Rock. Lo que tocas en tu mente cuando tienes el palo de una escoba en las manos. Si grita, salta, es raro, al cantar saca la lengua, se divierte y quiere cambiar el mundo, entonces es rock and roll, hermano. Y si quiere ver a sus hijos menear las caderas y saltar en el escenario con pelucones, entonces no deben perderse “Los Rockids”, en el Teatro Fígaro, todos los domingos a las 12.30h hasta el 31 de mayo.
La verdad es que el planteamiento es muy inteligente: canciones míticas de los 80 y 90 para los padres y mucha diversión e interacción para los hijos, con una historia enlazando los números y la voz de una sugerente presentadora de radio, además, completando la sesión con información y datos sobre las canciones y los grupos. El repertorio va desde “Huesos” de Los Burros hasta “El día de la Bestia” de Def Con Dos, pasando por “Lobo Hombre en París” de La Unión o “Carolina” de M. Clan. Los padres se lo pasan en grande, y sus hijos disfrutan de lo lindo, ya que la función baja continuamente del escenario e involucra a los niños (y a sus padres).
Es una delicia ver a los niños entregados, subir al escenario, bailar por los pasillos o saludar “haciendo los cuernos” con los dedos. Los números se realizan con mucha energía y muy buen humor. La historia de amor entre “Rockandula” y “el Cortapuntos de turno” es un autentico recital de Victor Luengo. Los 90 minutos, en definitiva, se hacen cortos, muy cortos, y uno termina pidiendo un bis a los actores, al grito de “otra otra”. La pena es que no terminen rompiendo las guitarras. Los Rockids es un espectáculo perfectamente equilibrado: es para niños pero no sigue un tono infantilón, hace que los padres disfruten del espectáculo y con sus hijos EN el espectáculo, y deja una sensación agradable que te acompaña durante el resto del domingo.
Si queréis pasarlo realmente en grande, por favor, llevad a vuestros hijos a ver esta obra. No os arrepentiréis
La opinión de Mario (7 años): “lo que más me ha divertido ha sido cuando salía el hombre-lobo dando saltos por los asientos, porque yo no quería que se acercase a mí, pero ha sido muy divertido”.
La opinión de Natalia (5 años): “lo que más me ha gustado ha sido cuando hemos salido a bailar al escenario y me han aplaudido la gente”.
TEATRO FÍGARO
Hasta el 31 de mayo 2015
C/ Doctor Cortezo, 5. Metro: Tirso de Molina
Tel.: 91 360 08 29
Horarios: Domingos a las 12.30h.
Precio: Desde 12€
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Se nota que lo habeis pasado de fábula, solo hay que ver la carilla de diversión de los peques!!