Su señoría disculpe mi atrevimiento… ¿Hay alguna palabra que elogie a éste CABALLERO DE LA ESCENA que no se haya dicho o escrito todavía?
Me remonto a mis orígenes como actriz, o más bien como estudiante de arte dramático y ahí estaba ya Don Rafael Alvarez “El Brujo” haciendo guiños y dándonos pautas sobre una forma de interpretar tan novedosa, en los años 90 como lo sigue haciendo hoy en el 2015. Enhorabuena!!! MAESTRO.
Actores de la categoría de éste señor, por desgracia ya quedan pocos. Así que es visita obligada para todos los estudiantes de artes escénicas, cómo para los profesores de las mismas y para el público que tanto le gustan los llamados “Monologuistas”- que parece que fueran una generación que haya surgido con éste siglo… ¡por favor acudan al Teatro Cofidis los lunes a las 20:30 horas! y desarrollen su capacidad de observación, aprendiendo del mejor actor que hace monólogos de España. Un arte que lleva desarrollando, cómo él dice desde hace más de veinticinco años y que sigue siendo tan actual como él. La capacidad de reírse de sí mismo, de la clase política, de la aristocracia, del pueblo, de la historia, de la literatura, de los autores… de TODO!!! Y además contarte la historia del Lazarillo con todos los personajes. Esa sí es la esencia de un buen monologuista.
El lunes, cuando disfrutaba de su “YO” iluminando el escenario, llenándolo todo con su magia… pude recordar a todos los grandes cómicos que se han apoyado en la interpretación de El Brujo, para esbozar tímidamente su base como humoristas. No creo que ellos lo reconozcan, pero cuando vayan a disfrutar de la compañía y las hazañas de “El Lazarillo de Tormes” entenderán lo que estoy escribiendo o describiendo.
A “El Brujo” le sobran los decorados, el vestuario y hasta los guiones… Con esas maravillosas luces con las que su gran compañero Oscar arropa las escenas que él improvisa, o no??? Es suficiente. Porque realmente nunca sabes hasta que punto es guión o es improvisación. El escenario es un manantial de fantasía, dónde el público Imagina, Imagina y Disfruta. ¡¡¡BRAVO!!!
Dirección: Soberbia, única e irrepetible.
Escenografía: Austera, útil y llena de imaginación.
Iluminación: Exactamente genial. Muy difícil iluminar a un actor que está improvisando. OJO!!
Sonido: Acertado. La música estupenda. -Con micro-, pero con tanto personaje y tanto movimiento, lo acepto y lo agradezco. Así no te pierdes ni una sílaba.
Vestuario: Imposible pasar por alto un Lazarillo con las chanclas de Fran de la Jungla. Espectáculo puro. (Lo siento por Pedro Moreno)
No puedo decir más que: sin lugar a dudas, es una obra que no se puede perder nadie. Así que ya sabéis…
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