Soy golosona, lo reconozco, me encantan los postres. Pero también he de reconocer que soy un desastre en la cocina, sobre todo en el tema de repostería, ni unas magdalenas he hecho nunca, no me cuesta reconocerlo. Alguna vez me he atrevido con alguna receta más sencilla, pero es de esas espinitas clavadas que algún día tocaba sacar.
Así que cuando Dr Oetker me propuso apuntarme a un taller muy dulce donde aprender a hacer recetas sencillas y deliciosas, me alegré porque por fin iba a poder sacar mi lado más dulce.
Así que me llevé a dos seguidores de Espacio Madrid para compartir con ellos la experiencia. Esa fue una de las partes más bonitas del taller, el poder ponerles cara a Ana y Richard, y conocerles en persona, además de echamos unas risas.
Hicimos varias recetas, que no es porque las hiciese yo, pero me salieron bien ricas. Como cobayas la familia, que gustosos probaron mis primeras creaciones. No hay mejor piropo de que duden de si lo has hecho tú.
De la mano de Amanda Laporte, cocinera de formación y estilista de cocina, comenzamos el taller So Sweet! by Dr Oetker con un Crumble de frutas. Aquí descubrimos mi poca afinidad con la batidora (yo y la mesa por donde distribuí parte de la masa).
Con la receta que más disfruté y con la que me quedo (se que la repetiré en más de una ocasión, ya me he animado) es la de la Tarta casera, donde dejé aflorar mi lado más creativo en la decoración. ¡Mi primera tarta casera! Y encima muy buena me salió, os dejo la receta a continuación por si os animáis alguno a hacerla:
- La tarta es de 4 pisos, se utiliza la receta del Bizcocho Mármol de Dr Oetker, pero en lugar de hacerlo todo junto, se hace cada color por separado en un molde.
- Cortaremos de cada bizcocho la parte superior con un cuchillo para dejarlos planos.
- Como nuestra intención era cortar los bizcochos en aros, se utilizaron moldes circulares, e intercambiamos los colores de forma original. Fuimos alternando las capas para el efecto visual.
- Entre los niveles del pastel añadimos nata montada. Para montar la nata usamos el Natafix, que permite montarla en menos tiempo y hace que la nata aguante su consistencia durante más tiempo. Yo utilicé colorante amarillo para dar color a la nata. Cubrí con el restante de nata sobrante la parte superior y los laterales, para hacerla más uniforme y con aspecto de tarta.
- Para decorarla, lo teníamos fácil, teníamos gran variedad de productos de decoración de su gama. Yo escogí crema sabor chocolate para hacer el efecto de los bordes y la base alrededor, junto a fideos de chocolate alrededor y corazones de chocolate. Lo se!! #ChocolatePower. Como toque final, unas frambuesas para darle este punto ácido a la tarta como contraste con el chocolate junto a lascas de almendras.
Como resultado una tarta que bien podría parecer de tienda!! Cuando la cortes, además de su delicioso sabor, ya verás como sorprendes a más de uno que pensará… ¿Cómo lo has hecho para que te quede así?
A mí ya no hay quien me pare con la repostería, aunque antes tengo que limar asperezas con mi amiga la batidora. Una tarta que disfruté en el día de mi cumpleaños y con la que conseguí sorprender a mi familia 😉
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