El pasado domingo descubrí el Teatro Quevedo, un lugar peculiar. La entrada es por la cafetería – por cierto, muy acogedora – y después bajas unas escaleras y te sumerges en la magia de un espacio muy personal en el que los responsables, sobre todo, han pensado en la comodidad del espectador. Tengo que hacer ésta referencia obligada al Teatro Quevedo porque me sorprendió gratamente que en un lugar tan sencillo hubiera una plataforma en la escalera para personas de movilidad reducida y rampas y accesos para sillas de ruedas: ¡¡¡BRAVO!!!!! Por desgracia todavía hay muchos teatros (grandes) que no han pensado y no invierten nada para que todos los públicos puedan tener acceso a ellos. Por eso me veo en el compromiso de publicar que el Teatro Quevedo sí está preparado.
“Un balcón con vistas” es una función con un guión buenísimo!!!! Seguramente sea de las que estén bastante tiempo en cartel. La autora y directora Laura Molpeceres nos quiere mostrar el ADN marital… Jajajaja diréis algún@s al leer ¿Y eso qué es? Pues no es más que el conjunto de actitudes intrínsecas que llevamos cada uno de nosotr@s dentro y que nos empeñamos en cambiar de nuestras parejas. ¿A que ahora os suena? Muy divertida, con situaciones en las que todos nos vemos reflejados e intentamos que nadie se dé cuenta. Os puedo confesar que desde el otro día hay gestos de algunos personajes que estoy copiando para reírme en mi día a día.
Sin lugar a dudas lo mejor el texto: la situación disparatada en la que transcurre la función y la sencillez del vocabulario. Esta crítica no puedo hacerla con el patrón de las demás porque no sería justo. Las condiciones técnicas del espacio no dan para mucho por lo que no voy a juzgarlas. Sólo puedo decir que a veces me parecía más interesante disfrutar de las sombras que proyectaban los actores mientras los escuchaba. Hacía mucho tiempo que no veía algo así. Siempre los iluminadores procuran evitarlas, pero hay mucha magia en lo que en ellas se ve.
La interpretación en ocasiones era un poco sobreactuada, al igual que el vestuario femenino no me convenció mucho. Pero disfruté de un decorado “espartano” y funcional. Unas luces que hacían más de lo que se podía. Un sonido muy bueno. Una acústica y una buena voz en los intérpretes. Un espacio como he dicho anteriormente –peculiar- y al que seguro volveré. Unas butacas muy cómodas. Y en definitiva, una función divertida. Con grandes retos y que estoy segura de que dará mucho que hablar.
Con lo cual, os recomiendo!!!! Relajarse, ir al Teatro y echarse unas risas…. Qué más se puede pedir??? Es la muestra de que el teatro es vida y vive dónde se aprecia el arte. En el Teatro Quevedo. Con una función fresca y actual.
A DISFRUTAR!!!!!!
TEATRO QUEVEDO
C/ Bravo Murillo 18. Metro: Canal, Iglesia y Quevedo.
Horario: Viernes y sábados a las 20:30h, y domingos a las 19:30h
Precio: desde 14€
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