Me encanta la cocina italiana, aunque aún no he viajado al país de la bota, bien podría decirse que lo he hecho a través de su gastronomía. Mi corazón anda dividido entre las pastas y risottos, sin dejar de lado su postre estrella, el tiramisú, soy una fan incondicional de este postre.
Como buena amante de la cocina italiana, sería un sacrilegio no dejarme caer por las nuevas aperturas de nuestra ciudad, que hacen escala en las diferentes regiones de este bello país a través de su cocina.
En el 2015 abría sus puertas en el madrileño barrio de Chueca, un trocito de la bella Italia. El chef Davide Bonato y su mujer Daniela Rosso nos invitan a compartir el salón de su casa, con una mirada puesta en la cocina italiana vanguardista.
Muy cerca del Mercado de San Antón y la plaza de Chueca se encuentra Gioia. Bonito restaurante con un único salón en dos alturas, con capacidad aproximada para 50 personas, cálido y elegante. Al anochecer, una luz tenue crea un ambiente de lo más acogedor, perfecto para una velada en pareja. Me gustó, además de por su música relajada con acento italiano, por su decoración, sobre todo la radio antigua de su entrada, ganas me quedaron de preguntarles si la vendían. ¿La venderán?
Ya solo me quedaba comer bien, y vaya si lo hice, su joya –significado de Gioia- es su cocina. Una cosa que me sorprendió bastante es que fui un martes noche y cené sola -pero literalmente-, no había nadie más en el restaurante, algo que me extrañó bastante dada su buena cocina. Así que os recomiendo ir entre semana como hice yo, porque los fines de semana según me han comentado suelen tener lleno el local. Además de que entre semana vais a estar más tranquilos. Chivatazo de sitio para una celebración especial de última hora, de esas del tipo… ¿era hoy?
SU COCINA. Sabores de la cocina tradicional italiana, con un toque personal. Quise probar como entrante su Vitello tonnato (13€) –plato típico de la región de Piamonte-, finas láminas de ternera en flor con una suave salsa de mahonesa casera, atún, anchoas y alcaparras. Muy suave, me gustó la opción de poner añadir la salsa al gusto, más espesita. En muchos sitios suelen cargar este plato con mucha salsa, que tiende a ser bastante líquida. Un plato a compartir bastante hermoso.
Aunque soy muy de pasta –y aquí la hacen a mano-, de plato principal opté por una de sus especialidades, su risotto. Como curiosidad, decirte que el arroz pertenece a su pueblo, Trino, en la provincia de Vercelli. El tipo de arroz es Carnaroli Bio, y lo sirven al dente, con cuerpo. Orgulloso me hablaba Davide Bonato de su pueblo arrocero.
La verdad es que no me costó decidirme por su Risotto de boletus y gamba roja (20€/persona) ¡ESPECTACULAR! Normalmente utilizan gambón, pero aquel día no le gustó al chef el que había en el mercado y utilizaron gamba roja. El plato que ha conseguido enamorarme de Gioia. Potente, elaborado con buenos productos, de intenso sabor a boletus, arroz en su punto y cremoso. Más que recomendable.
Y de postre, una peculiar versión del Tiramisú (6€). A base de bizcocho, café, chocolate y queso fresco Mascarpone. Se deshace en boca, con una textura cremosa que te recuerda a las natillas. Original forma de presentarlo, estaba llena pero no dejé nada.
Un detalle muy bueno, iba sola, y aunque sus risottos son para dos personas, no dudaron en prepararme uno individual, pregunta si vas sol@, no te marches sin apretarte un buen risotto. Con ese detalle se han ganado una clienta incondicional, además de por su buena cocina. Anda que no me he quedado con ganas en muchos restaurantes de pedir platos de arroz, porque solo los hacen por pares.
En resumen, un sitio para volver. De visita obligada para descubrir buena cocina italiana con una trato muy agradable y excelente servicio. Italiano a tener en cuenta.
¿NOS VEMOS EN GIOIA?
Lugar: Calle de San Bartolomé, 23. Metro Chueca
Horario: de lunes a sábado de 13:45 a 16:00h y de 20:30 a 00:30h, domingos de 13:45 a 16:00h. Lunes cerrado.
www.gioiamadrid.es
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