LOS ENCANTOS DE COLMENAR DE OREJA
A poco más de 40 km de Madrid se encuentra la Villa de Colmenar de Oreja, uno de los secretos mejor guardados de nuestra Comunidad. De origen romano (la antigua Aurelia) y con un toque medieval y de poblachón manchego, basó su prosperidad (llegó a ser en el siglo XVII la ciudad número 23 en población de España) en la construcción de tinajones para vino y la extracción de piedra caliza porosa para la edificación de monumentos y palacios (como el Palacio Real de Madrid o la Cibeles, por citar solo dos ejemplos).
Entre las joyas de este pueblo/ciudad (8.600 habitantes) se pueden citar:
– Su Plaza Mayor, totalmente cuadrada, soportalada con pies derechos de madera y columnas y pilares de piedra.
– Su Iglesia de Santa María la Mayor, con cabecera exterior de torreones de castillo, bella tracería gótica, pinturas murales magnificas (de Ulpiano Checa) y una torre campanario construida en origen por Juan de Herrera.

– El Zacatín, túnel que conecta el núcleo urbano con las huertas, impresionante obra de ingeniería de más de 80 metros de largo que sirvió para salvar a su vez el desnivel del barranco donde actualmente se ubica la Plaza Mayor.
– Su Convento de la Encarnación: construcción barroca realizada imitando el Convento homónimo en Madrid, con hermoso claustro y convertido en una especie de museo religioso, con piezas tan sorprendentes como un cáliz del Cardenal Cisneros.
– Su Teatro Diéguez: precioso edificio de principios del siglo XX, a la italiana, con muy buena sonoridad y toques decorativos románticos y dieciochescos.
– Su Ermita del Humilladero, una bella construcción doble (dos capillas del siglo XVI y XVII) con su Cristo (en origen regalado por el Papa San Pio V a Colmenar tras la Batalla de Lepanto) y su bello paseo desde el Zacatín con las mejores vistas.

MUSEO ULPIANO CHECA
Pero sin duda alguna, el mayor atractivo de Colmenar de Oreja, y una muy grata sorpresa, es el Museo Ulpiano Checa. En la antigua casa de los Siete Patios y con un coqueto jardín a su entrada se encuentra este magnífico museo, al cual se accede sin mayor importancia y con un desconocimiento de lo que habrá en el interior. Y resulta ser, nada más y nada menos, que uno de los mejores museos de pintura (si exceptuamos los grandes: Thyssen, Reina Sofía y Prado) que hay en Madrid y sus alrededores.

Abrió sus puertas en los años 60 con apenas una veintena de cuadros donados por los herederos del pintor, pero ya acumula una muy buena cantidad de lienzos (algunos de un tamaño considerable), grabados, dibujos, esculturas y otros formatos, y además sufrió una remodelación hace pocos años dándole un aspecto diáfano, amplio, coordinado y totalmente funcional. Aunque lo más impresionante y destacable es su contenido, y no su continente. En cuanto se accede al interior, te ves inmerso en un mundo de color y luz que lo impregna todo.

FANTASIA Y MOVIMIENTO
Hace unos años hubo una exposición monográfica en Bellas Artes de San Fernando con este título y que trataba de este excelente pintor, por desgracia muy poco conocido para el gran público. Y son precisamente estas dos palabras las que mejor definen el estilo del pintor.


Ulpiano es un pintor que no se puede retener en un marco concreto, no se le puede encasillar en un tipo de pintura concreta. Se le ha calificado con acierto como el pintor de los caballos; pero sus temas históricos, paisajes y retratos son de una calidad muy considerable. Lo más destacable de su pintura es el movimiento que provoca, con esa fuerza y agresividad al realizar sus obras; pero es igual de bueno transmitiendo quietud y serenidad en algunos otros momentos. Trata básicamente temática histórica, pero también la vida cotidiana, monumentos, gentes del campo o trenes. No perdamos, por tanto, el tiempo tratando de etiquetarlo, y aprovechémoslo disfrutando simplemente de su desbordante pintura.

UNA BREVE BIOGRAFIA
Nació a mediados del siglo XIX en Colmenar de Oreja, en una familia de clase media, sin excesivas comodidades pero con suficiente dinero para que ni él ni sus hermanos tuvieran que trabajar, y por tanto dedicó su juventud a los estudios y la pintura. Se metió a monaguillo por poder disfrutar del retablo del altar mayor de la Iglesia, una verdadera maravilla, que se perdió en la Guerra Civil, y allí pasando horas contemplándolo le nació el interés por el arte.

En el pueblo se sabía de su maestría y un rico propietario se interesó en pagarle los estudios superiores de Arte en Madrid. Primero en la escuela de Artes y Oficios (que se le quedó bastante corta) y después en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde despuntaría tanto que llegó a ser maestro asociado. E incluso dos de sus profesores le contratan para ayudarles en la pintura de los frescos del Palacio de Linares y de algunas capillas en San Francisco el Grande.
UN PINTOR DESCONOCIDO PARA EL GRAN PÚBLICO

Después fue becado en Roma para estudiar en la Academia superando a muchos otros candidatos de nivel. Allí hizo obras por las que le visitó en persona hasta el propio Rey de Italia. Participó en numerosos concursos nacionales e internacionales, ganando la mayoría de ellos y destacando sobremanera en todos. Recibió la Orden de Carlos III, la de Isabel la Católica, la Legión de Honor Francesa, la máxima distinción civil de Túnez y hasta le pusieron su nombre a una calle con apenas 30 años.
Fue el pintor español más cotizado de su tiempo (por encima incluso de Sorolla, contemporáneo suyo), ganó muchísimo dinero, hay cuadros suyos en todos los Continentes (incluso en Australia). Y entonces… ¿por qué a penas nadie ha oído hablar de él a día de hoy? Hay varias razones al respecto:
– Pasó la mayor parte de su vida adulta en Francia.
– Su arte es “demasiado académico”, sobre todo en contraste con las nuevas tendencias de principios del XX.
– Trabajó varias temáticas hasta la saciedad y de forma machacona: caballos, romanos, batallas…
– Dos de sus obras más importantes desaparecieron: “Carrera de Carros Romanos” y “La Invasión de los Bárbaros”.
– Murió en plena Primera Guerra Mundial y el hecho pasó casi desapercibido ante tal situación histórica.
– No le gustaba mucho representar los temas “typical spanish” como los toros, el flamenco o los tipos y trajes tradicionales.
Sea como fuere, su historia, vida y obra han quedado ocultadas demasiado tiempo; ya es hora de hacerle justicia. Así pues, visitad el Museo y no os arrepentiréis.
Y PARA TERMINAR, UNA DE ROMANOS
Todo el mundo conoce Ben Hur, Quo Vadis, Los Últimos días de Pompeya, La Caída del Imperio Romano o Gladiator. Grandes películas que son parte de la Historia del cine para siempre. Lo que poca gente sabe es que todas ellas le deben mucho a Ulpiano Checa.

Cuando Ulpiano llega a Roma y ve las ruinas del Foro y una ciudad desolada, llena de cascotes y edificios modernos cubriendo joyas destrozadas de los romanos, se lleva una gran desilusión. Entonces recurre a los clásicos, y lee las grandes obras latinas de la Antigüedad. Y como le parece poco, devora las novelas modernas de finales del siglo XIX que tratan estos temas. Y se hace su propia idea de la Roma Antigua, Imperial, Eterna. Y esto es lo que pinta en sus obras.

Y como era muy conocido en su época, le buscan para que haga la escenografía de varias obras de teatro de principios del siglo XX: Quo Vadis, Ben Hur y los Últimos Días de Pompeya. Las primeras películas con estos títulos son de época contemporánea a nuestro autor, y basadas mitad en sus pinturas y mitad en las obras de teatro. Y las películas de los años 60 son herederas a su vez de todo esto.
Cuando uno ve la escena clave de Ben Hur, con la Carrera de Carros a todo galope, los giros alrededor de la espina, la velocidad, el público, la llegada del vencedor… y observa las pinturas de Ulpiano Checa sobre el tema, no tiene ni la menor duda de cuál es la relación mimética entre ambas. Para comprobar esto y mucho más, no tenéis otra opción que visitar Colmenar de Oreja.
Yo me despido esperando haber conseguido mi intención (despertar vuestra atención y daros un chivatazo de lo más interesante) y dando las gracias a mis dos amigos y alumnos, Carmen y Luis, por haberme descubierto a este genio.
Museo Ulpiano Checa
Lugar: Calle Maria Teresa Freire, 2. Colmenar de Oreja (Madrid)
Horario: Lunes cerrado, de martes a viernes de 10:00 a 13:30h y de 16:30h a 19:00h, sábados y domingos de 10:00 a 14:00h y de 16:00h a 19:00h. En festivos especiales los horarios pueden variar, consultar antes de ir.
Teléfono: 918089002
www.colmenarte.com
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POR FAVOR COMO IR EN TREN O AUTOBUS DESDE MADRID CENTRO AL MUSEO ?
Hola!! el bus 337 va a Colmenar de Oreja. Tienes muchas web de transportes que te indican como llegar. Si entras en https://www.crtm.es/ puedes buscar la forma dependiendo del punto de origen.
Un saludo