Madrid Curioso, Rincones — 30 mayo, 2017 at 1:52

EL HORTUS REGIUS MATRITENSIS: Para salud y divertimento de los súbditos

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Con este nombre y objetivos surgió el Jardín Botánico del Prado en 1781, por orden real de Carlos III de 1774 y con las plantas en origen provenientes de la Quinta del Soto de Migas Calientes. Hoy profundizaremos sobre sus orígenes, proyectos y definitiva construcción.

Puerta del Rey
Puerta del Rey

LOS PRIMEROS JARDINES BOTÁNICOS

Hay historiadores que apuntan que el primer jardín botánico de la historia serían los Jardines Colgantes de Babilonia. No obstante, estos eran más ornamentales que otra cosa y de ellos se conocen pocos datos. Otros apuntan que ya en el siglo XIV existían unos jardines en Córdoba, creados por los Califas Nazaríes, y que además de bellos y elegantes, tenían plantas medicinales y útiles.

Paseos de Terraza Baja
Paseos de Terraza Baja

Aquí debe hacerse una distinción, ya que para que un espacio vegetal sea Jardín Botánico debe cumplir tres condiciones básicas:

  • Buscar la conservación de las especies
  • Promover la investigación
  • Llevar a cabo tareas de divulgación

Según estos criterios, los primeros jardines botánicos surgieron en las ciudades-estado italianas a mediados del siglo XVI: Roma, Florencia, Pisa, Génova, y, sobretodo, Bolonia, el más destacado de su tiempo.

En el siglo XVII surgen otros en Ámsterdam, Paris, Oxford y otras ciudades alemanas. Y en torno a 1770 se crearon los Kew Gardens en Londres, los más importantes del mundo en la actualidad, tanto por número de especies y superficie, como por su paisajismo e investigación.

ANTECEDENTES DE JARDINES ESPAÑOLES

En la Península Ibérica ya existía a finales del siglo XVI un Jardín en Sant Joan Despi, cerca de Barcelona, pero desapareció en el siglo XIX. También el Botánico de Valencia se creó en esa época, pero su lugar actual no es el original.

Por tanto, el único que puede considerarse que continúa en actividad desde sus orígenes, es el Jardín de Aclimatación de la Orotava, en Tenerife, en el Puerto de la Cruz. Se fundó a principios del siglo XVIII como solución ante un problema muy lógico: España poseía territorios en zonas muy exóticas (África, Filipinas y América), pero las plantas importadas no sobrevivían en la Península debido a sus condiciones climáticas especiales. Así pues, las Islas Canarias eran el lugar perfecto de transición (Aclimatación) para estas plantas. Y el resto lo harían las Estufas e Invernaderos a finales del siglo XVIII.

Plantas medicinales
Plantas medicinales

En torno a la ciudad de Madrid y territorios palaciegos, existieron varios jardines con plantas medicinales destinadas para las Reales Boticas, y por tanto, para los cuidados del Rey: uno junto a los Jardines de Aranjuez, y otro, el Huerto de la Priora, donde la actual Plaza de Oriente. Los médicos personales del Rey se encargaban de su organización y, de hecho, todos los grandes botánicos de los siglos XVIII y XIX fueron médicos también: Quer, Cavanilles, Lagasca, o el propio Linneo. Pero el primer Jardín botánico como tal de la ciudad de Madrid fue el del Soto de Migas Calientes.

POR INICIATIVA DEL REY PERO INSTIGADO POR SUS BOTÁNICOS

En 1753 una Junta de notables botánicos se reunió con Fernando VI, entre los que se encontraban Quer, Minuart, Ortega y Loefling (discípulo de Linneo). Las expediciones científicas a América (sobre todo) estaban en plena ebullición, y de ellas provenían especies y especímenes que nutrían los Gabinetes de Ciencias Naturales. Joseph Quer, médico expedicionario, en campañas militares en Italia había conocido los Botánicos de sus ciudades más importantes. Y Linneo, recién escrita su Obra Magna “Species Plantarum”, estaba muy interesado por la Flora española, para lo cual envía a su mejor discípulo a la Península y luego a la América española.

Todos estos factores confluyeron en la decisión regia de crear este Botánico de Migas Calientes en las afueras de Madrid en 1755. El lugar exacto no se conoce, pero estaba en el Camino Real del Pardo, junto al Manzanares (de ahí lo de “Soto”), entre las actuales Ermitas de San Antonio de la Florida y la Puerta de Hierro. Lo de Migas Calientes se refiere al terreno tan blando que había debido a su cercanía al rio y a su orientación Sur que le daba calor de continuo durante todo el día.

Estatua de Joseph Quer
Estatua de Joseph Quer

Joseph Quer fue su creador y primer director. Y tenía tres objetivos:

  • Cultivar Plantas medicinales y prácticas
  • Conservar plantas exóticas
  • Crear cátedras de Enseñanza Botánica

Las clases las daban dos profesores: el primero explicaba plantas extranjeras y el segundo plantas nacionales por regiones. Y algo muy interesante: era obligada la asignatura de Dibujo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, debido a la necesidad de detalle en el estudio de campo de las especies vegetales.

Lamina descripcion plantas
Lámina descripción plantas

MOTIVOS PARA EL TRASLADO

Sin embargo este Jardín se hallaba demasiado lejos del núcleo madrileño, y esto dificultaba tanto el traslado de alumnos y profesores como el acceso para el público en general. Y por ello Carlos III tomó la decisión de trasladar este Jardín a su lugar actual. Otro de los motivos tiene que ver con la nueva configuración de esta parte de la ciudad. La llamada Colina de las Ciencias agrupaba la base del “Templo del Saber” que Carlos III, como buen monarca ilustrado, quiso entregar a su pueblo:

  • El Real Gabinete de Ciencias Naturales (actual Museo del Prado)
  • El Observatorio Astronómico
  • El Real Jardín Botánico

Además, estaba muy cercano al Hospital General, recién construido por Sabatini (actuales Museo Reina Sofía y Conservatorio de Música). Esto era perfecto porque muchos de los profesores botánicos eran a su vez médicos del Hospital General. Y las plantas medicinales podrían ser utilizadas en los tratamientos a los pacientes de dicho Hospital.

SABATINI Y LOS PROBLEMAS INICIALES DE CONSTRUCCIÓN

El Edicto Real para su construcción llegó en 1774 y a continuación debían comenzarse las obras, encomendadas a Francesco Sabatini. Este arquitecto italiano, que había llegado a España con el propio Rey y de la mano de su primer ministro Grimaldi, estaba pluriempleado en aquel tiempo. Estaba realizando o tenía en proyecto las siguientes obras: Puerta de Alcalá, Puerta de San Vicente, Palacio de Grimaldi, Hospital General, Caballerizas Reales, Casa de la Aduana y reforma de San Francisco el Grande.

Sea por esto o porque no le gustaban demasiado los vegetales, no mostró demasiado entusiasmo cuando le encargaron este Jardín. Además, se había nombrado a Casimiro Gómez Ortega como botánico encargado del traslado de las plantas desde Migas Calientes (él mismo sería el primer director del Real Jardín Botánico), y la relación entre ambos siempre fue de abierta hostilidad. Añadamos a esto la caída del poder de Grimaldi y su sustitución por Floridablanca, nada inclinado hacia los italianos.

Pero la gota que colmó el vaso fue el informe que le pidió el propio Rey Carlos III a Sabatini en 1780, a un año vista de la inauguración oficial del Jardín. En él, el arquitecto señalaba que se había concluido solo una tercera parte de lo proyectado y gastado cuatro veces más de lo presupuestado. Después de esto, Sabatini fue fulminantemente retirado del proyecto y reemplazado por Villanueva.

VILLANUEVA: LÓGICA, SENCILLEZ Y CLASICISMO

Juan de Villanueva, en aquella época, estaba reformando los Jardines de Aranjuez y los Jardines de la Casita del Príncipe en el Escorial. Era muy amigo de varios botánicos importantes, como Claudio Boutelou, que sería años después Director del Jardín Botánico. Y era un arquitecto en alza y muy del gusto del Rey y del nuevo primer ministro. Así pues, la elección fue bastante sencilla.

Fontines en cuadros
Fontines en cuadros

Cuando llegó al encargo, solo estaba concluida la Puerta Real (que da al Paseo del Prado) y la Terraza baja o de los cuadros. La Puerta Real es una copia a menor tamaño de la Puerta de San Vicente, que el propio Villanueva se encargaría de simplificar en sus decoraciones. Y la disposición de las Terrazas baja y media fue totalmente cambiada. Sabatini proyectó unas curvas y contracurvas, unos setos en espiral y gran cantidad de jarrones barrocos para albergar a las plantas. Villanueva, mucho más práctico, entendió perfectamente la necesidad botánica y dividió ambas terrazas en una estructura ortogonal con amplios paseos que se cruzaban en ángulo recto. Además de esto, concibió el espacio en 24 cuadros con un fontín en el centro de cada uno, y que representaban las 24 familias botánicas en las que Linneo clasificó las plantas y que aún sigue en vigencia.

Pero lo más destacable de la obra de este arquitecto en el Real Jardín botánico es la puerta de entrada actual, llamada de Villanueva, construida con toda la esencia del Neoclasicismo. A esto sumamos los elegantes Pabellones de Villanueva, junto a la Cátedra de Cavanilles, en la parte superior del Paseo de Carlos III, que comienza en la citada Puerta del Rey. Elementos muy destacados que merecen una mención aparte y con más detalle.

Pabellones Villanueva y Cátedra de Cavanilles
Pabellones Villanueva y Cátedra de Cavanilles

Hoy se trataba de acercarnos al nacimiento del Real Jardín Botánico. Pero en próximos artículos contaremos más curiosidades, su desarrollo histórico y sus elementos más destacados en la actualidad. Me despido recomendando una visita a este bello Jardín; si en cualquier época del año es una delicia, en primavera es todo un lujo. Un lujo del que disfrutamos los madrileños gracias a Carlos III, nuestro “mejor alcalde”.

Post redactado por Álvaro Llorente para Espacio Madrid.
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