Museos, Ocio — 11 mayo, 2011 at 4:03

No solo Goya

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El Museo del Prado ha inaugurado la exposición No solo Goya, que muestra al público una selección de las adquisiciones de obra sobre papel –dibujos, estampas y fotografías- realizadas por la pinacoteca entre 1997 y 2010. Gracias a esta muestra, el público podrá admirar por primera vez las obras más singulares adquiridas durante estos años, conservadas habitualmente en el Gabinete de Dibujos y Estampas debido a sus frágiles peculiaridades materiales. Al mismo tiempo, la exposición permitirá dar a conocer las líneas maestras que han determinado la política de adquisiciones del museo en el ámbito de las obras sobre papel.

Desnudo femenino

El Gabinete de dibujos y estampas del Museo del Prado, instalado en el nuevo edificio de Jerónimos proyectado por Rafael Moneo, alberga la colección de dibujos, estampas y fotografías antiguas que el Prado ha reunido desde el año de su creación. Junto a los fondos fundacionales procedentes del llamado obrador real, se fueron integrando diversos conjuntos, como los procedentes del Museo de la Trinidad o los del Museo de Arte Moderno, que conformaron el núcleo alrededor del que se fue constituyendo su colección y que se vio notablemente incrementada con el Legado de Pedro Fernández Durán en 1931 y que ha continuado incrementándose con adquisiciones relevantes a lo largo de los años, siendo el periodo comprendido entre 1997 y 2010 especialmente significativo en este sentido.

A diferencia de otros medios, la obra sobre papel, por sus cualidades materiales, requiere de especiales condiciones de conservación que impiden su exhibición pública por largos periodos de tiempo. Por ello su ámbito habitual son los Gabinetes de dibujos y estampas, en los que se estudian y se encuentran a disposición de otros investigadores, reservándose su exhibición pública a momentos puntuales con motivo de exposiciones temporales como ésta.

Bajo el título de No solo Goya, la exposición trata de poner de manifiesto que, si bien la obra de Goya ha constituido uno de los ejes de la política de adquisiciones del Museo, quizá el de mayor repercusión mediática por su innegable valor, ha habido también una serie muy numerosa de obras ingresadas en la colección del Prado de no menor importancia artística. A partir de esta idea, la exposición se organiza en distintas secciones que responden a las principales líneas de adquisición establecidas por el Museo. La exposición definirá también las principales líneas de investigación y exposición de la colección en los próximos años a través de sus ocho apartados.

La exposición

El primer apartado de la exposición está dedicado a los dibujos españoles de los siglos XVII al XIX que constituyen la columna vertebral de la colección de dibujos del Museo. Adquiridos por el estado y el propio Museo, su calidad individual los hace merecedores de un lugar en la historia del dibujo en España y completan la importante colección que ya poseía el Prado. En este grupo destacan los dibujos de artistas del siglo XVII como Alonso Cano, Murillo, Ribera o Francisco Pacheco, junto a los de artistas de los siglos XVIII y XIX como Paret o José y Federico de Madrazo, entre otros.

A continuación, el visitante encontrará un excepcional conjunto de obras de Francisco de Goya adquiridas durante los últimos años (1997-2010), que representan el conjunto más numeroso de obras sobre papel del artista que ha ingresado en el Museo en un periodo de tiempo tan breve desde la incorporación de los álbumes procedentes del Museo de la Trinidad en 1872 y los dibujos preparatorios para sus grabados comprados a Mariano Carderera en 1886. Los diferentes ámbitos de la producción gráfica del artista aragonés están representados en estas últimas adquisiciones: dibujos de álbumes, desde el primero elaborado en Sanlúcar hasta el último de Burdeos, pasando por el extraordinario álbum de bordes negros; dibujos preparatorios para grabados, como el retrato del conde Gausa grabado por Fernando Selma; primeras ediciones de sus series de estampas, como la Tauromaquia o los Desastres de la Guerra, y pruebas de estado para los Caprichos. Finalmente un conjunto de cartas a Martín Zapater, que completa las adquiridas con anterioridad, a las que se añade la carta enviada a Joaquín María Ferrer desde su exilio final en Burdeos.

Jose de Ribera
Jose de Ribera. Niño con un molinillo y viejo tirando de una carreta con un cadáver

La exposición prosigue con las obras procedentes de la familia Madrazo, en las que está representada toda esta dinastía de pintores –José, Federico, Raimundo, Juan y Pedro- además de Mariano Fortuny. Este conjunto -formado por dibujos, estampas y fotografías- permitirá conocer el proceso creativo de estos artistas y revelará, a través de las obras sobre papel que coleccionaban, sus intereses y sus gustos. A continuación, se muestra la colección de estampas y dibujos relacionados con la teoría del arte y la arquitectura, así como con la reproducción, interpretación y difusión de la pintura, de José María Cervelló, adquirida a la vez que su importante Biblioteca.

Tras estas cuatro secciones, el discurso expositivo se centra en uno de los apartados más singulares de la muestra que está dedicado a los cuadernos y álbumes de dibujos, aspecto muchas veces olvidado por la historiografía artística y el coleccionismo. En esta sección se muestran las adquisiciones de álbumes y cuadernos de artistas españoles de los siglos XVI al XIX que permiten apreciar su proceso de trabajo y aprendizaje y el modo en que guardaban memoria visual de aquello que les interesaba. Desde el más antiguo de un artista anónimo del círculo del escultor Juan de Anchieta a los más modernos de Martín Rico.

La parte final de la exposición –tres últimos apartados- se dedica a la fotografía, con una primera sección centrada en los álbumes de fotografía, concebidos como muestrario, ilustración o ejercicio estético. Desde los muestrarios de la empresa Laurent y Cia hasta el álbum realizado con detalles de pinturas del Museo presentes en la exposición celebrada en Ginebra durante la Guerra Civil, estas obras permitirán analizar el papel que desempeñó la fotografía en la difusión y estudio de las obras de arte.

Una segunda sección está dedicada al estudio de la imagen del Museo del Prado a través de la fotografía, con imágenes de los exteriores del Museo obtenidas por fotógrafos extranjeros como Clifford o Louis de Clercq , imágenes difundidas en copias de gran formato a través del mundo como postales, que ayudarán a conocer las transformaciones del edificio y su entorno. Se exhiben también en esta sección fotografías estereoscópicas, negativos de cristal del Museo durante la Guerra Civil y albúminas con los efectos devastadores que ocasionó un ciclón sobre el edificio del Casón del Buen Retiro en 1886.

La exposición finaliza con una tercera sección de fotografías centrada en una extraordinaria colección de fotografías de la segunda mitad del siglo XIX, reunida en gran parte por Luis de Madrazo, que pone de manifiesto el interés y uso que tuvo la fotografía entre los artistas de esta época. En ella destaca un conjunto de positivos en papel a la sal de la escuela fotográfica romana –Giacomo Caneva y Frederic Flacheron entre otros–, en los que quedó plasmada la Roma de mediados del siglo XIX, sus monumentos, sus habitantes y sus obras de arte, y que de alguna manera sustituyó a los cuadernos de viaje. Como complemento se adquirieron varias fotografías de esta misma escuela que formaron parte del álbum reunido por Bernardino Montañés, becado en Roma al mismo tiempo que Luis de Madrazo. Finalmente se incluyen dos retratos de la reina Isabel II realizados por Jean Laurent, que evidencian las posibilidades expresivas del retrato fotográfico y su utilización como modelo por los pintores.

Catálogo

Por primera vez en la historia del Museo, el catálogo se ha editado exclusivamente en formato electrónico. Para ello se ha desarrollado un novedoso formato en que se conjugan las virtudes formales del libro impreso tradicional con las nuevas posibilidades que ofrecen los formatos digitales, como enlaces, archivos adjuntos, ampliación de imágenes, bibliografías y búsquedas automatizadas.

En el catálogo se estudian y reproducen las 111 obras expuestas, con textos a cargo de los conservadores de las colecciones del Museo del Prado, así como de expertos externos con los que se colabora en distintos proyectos en curso.

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