Presentaba un estrechamiento de una arteria coronaria.
Los doctores Alberto Mendoza y Agustín Albarrán, de Cardiología Infantil y Hemodinamia de adultos del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, junto a otros profesionales de sus respectivos equipos, han implantado con éxito un stent coronario a un bebé de diez meses que padecía una grave patología cardiaca.
El niño presentaba desde su nacimiento un estrechamiento de la válvula aórtica que se había tratado mediante un cateterismo cardiaco y con una cirugía de Ross -traslado de la válvula pulmonar sana a la válvula aórtica enferma y sustitución de la válvula pulmonar por un conducto- pero en la evolución se le diagnosticó un estrechamiento en este conducto.
Para solucionar la obstrucción se decidió poner unos stents en el conducto. Unos dispositivos metálicos que se introducen en las arterias para dilatar zonas de estrechamiento. Los cardiólogos infantiles que intervinieron al paciente solicitaron la colaboración de la Unidad de Hemodinamia de adultos, ya que la obstrucción en una de las arterias coronarias no es una complicación habitual en niños.
La dificultad consistía en que no existen stents diseñados para bebés, así que la única solución fue recurrir a uno de adulto. Tampoco hay catéteres con las curvas adecuadas para implantar dichos stents en las coronarias de niños pequeños. Tras tres horas utilizando diferentes catéteres se consiguió entrar en la coronaria que se había estrechado con uno diseñado para hacer angiografías en la arteria mamaria y dilatarla.
En total, fueron necesarias alrededor de diez horas para concluir el procedimiento. En él participaron también profesionales de Cirugía Cardiaca Infantil, Intensivos Pediátricos y Anestesia y Reanimación Pediátrica. En la actualidad el bebé evoluciona favorablemente.
Es una noticia estupenda, al final los grandes logros en la medicina y en muchos otros campos resultan del gran esfuerzo de improvisación al que tienen que llegar los especialistas en la materia, uniendo sus conocimientos para obtener un objetivo común, que en este caso ha sido ayudar a este niño, y lo mejor de todo es que ahora otros muchos niños con este mismo problema podrán ser atendidos gracias a ese momento de «improvisación».
Un saludo
Diego Salazar