Trece actores negros protagonizan este clásico, cuyo autor se negaba a que fuera interpretada por actores de color.
La Comunidad de Madrid presentó hoy en los Teatros del Canal el nuevo espectáculo del director teatral Miguel Narros, Los negros, escrita por el novelista, dramaturgo y poeta francés Jean Genet. Esta obra reivindicativa y con trasfondo social, podrá verse del 26 de enero al 6 de febrero, en la Sala Verde. En la presentación, que ha tenido lugar esta misma mañana en los Teatros del Canal, han participado el director general de Promoción Cultural de la Comunidad de Madrid, Amado Giménez; el director artístico del montaje, Miguel Narros, y el director artístico de los Teatros del Canal, Albert Boadella.
Narros ya intentó en 1970 llevar a escena este montaje, basado la obra Los negros, escrita en 1959 por uno de los grandes representantes de la literatura francesa y europea de los años 40 y 50. El autor se negaba a que fuera interpretada por actores de color, al no querer caer en la simplicidad de que supusiera un símbolo de redención únicamente para las personas de raza negra. En aquel momento, tras realizar el casting, Miguel Narros decidió que el proyecto, además de arriesgado, resultaba inviable al no haber encontrado a los protagonistas adecuados.
Unos 40 años después, Narros ha logrado estrenar su espectáculo, el pasado mes de noviembre en el Teatro Palacio Valdés de Avilés (Asturias), con una acogida extraordinaria. El octogenario director teatral español ha puesto en escena el montaje con trece actores y artistas negros, en su mayoría españoles.
El reparto incluye a los actores Boré Buika, Ovono Candela, Claudia Coelho y Elton Prince; la conocida cantante de hip-hop D’noe y la pianista Eloísa Martín. Además, cuenta con parte del equipo de confianza de Narros, como la coreógrafa Marta Gómez, el escenógrafo Andrea D´Odorico y el iluminador Juan Gómez-Cornejo.
Una reivindicación africana y universal
El montaje arranca con un grupo de hombres y mujeres negros que celebra un ritual, a modo de funeral, ante una capilla ardiente cubierta con un paño. Cinco de ellos cubren sus rostros con máscaras blancas. El resto forma parte del ceremonial que va a desarrollarse en torno al catafalco donde, se supone, yace el cuerpo de una mujer blanca asesinada. A lo largo del ritual se representa un juicio donde se pretende encontrar al culpable. La ceremonia de la representación gira en torno al veredicto que debe designar al culpable. Pero el veredicto nunca llega pues, en definitiva, se trata de ficción.
Teatro dentro del teatro. A su vez, la obra enfatiza sobre la visión que los negros tienen de sí mismos antes de la colonización. Añoran “aquella África desaparecida, aquella África ajena a influencias foráneas, el África en estado puro antes de la llegada de los blancos”. El enfrentamiento África-Occidente se desarrolla a través de un sinfín de ceremoniales representados, bien a través de la dialéctica o a través de rituales musicales, como el de Mozart enfrentado a danzas y músicas tribales de África.
En mitad de la acción entre los dos bandos enfrentados, en la obra surge una hermosa historia de amor entre Village (el supuesto asesino de una mujer blanca) y Vertu (una prostituta que ejerce su profesión entre hombres blancos). Sus sentimientos, de gran fuerza, se imponen por encima de las disputas entre los dos bandos.
Fealdad convertida en belleza
Jean Genet, abandonado por su madre, una joven prostituta, a la edad de un año, y tan falto de amor a lo largo de su vida, hace poesía en la relación de la pareja. En su obra, el amor triunfa siempre por encima de la discriminación, el odio y las diversidades culturales. Su literatura es notablemente autobiográfica pero, a la vez, ‘mitificadora’ porque convierte al delincuente en héroe. Su contemporáneo novelista y dramaturgo polaco Witold Gombrowicz dijo de él que “convierte la fealdad en belleza”.
En su escasa obra se encuentra continuamente el retrato de una ‘miseria lírica’, en la que se imponen las historias de amor y donde los delincuentes dejan entrever su ternura. El propio Genet reflexionó lo siguiente sobre Los negros: “En mis obras trato de dar voz a algo que los negros y otros pueblos marginados son incapaces de expresar”.
Las obras de Genet, aunque pocas, son representativas y universalmente conocidas: Las criadas (escrita en 1947), Severa vigilancia (1949), El balcón (1956) y Los biombos (1961). Los negros, que empezó a gestar en 1955, fue finalizada en 1959. Además, Genet es autor de un libro de poesía, El condenado a muerte (1942); una autobiografía, Diario de un ladrón (1949) y las novelas Santa María de las Flores (1944), El milagro de la rosa (1946), Pompas fúnebres (1947) y Querelle de Brest (1947).
Toda la información del espectáculo se encuentra disponible en www.teatroscanal.com.
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